Sobre los vehículos a gas y el tanque amarillo
El artículo del Ecuador de hoy sobre los vehículos a gas me recordó mis propios pensamientos sobre el tema. Hoy los voy a compartir con ustedes.
¿Cuál es el problema de los vehículos a gas? Yo quiero que alguien me explique con hechos y pruebas, no con recortes de periódico.
¿Que huelen a gas? Sí, claro, los vehículos viejos también huelen a gasolina. ¿No han olido el escape de un auto? No me digan que huele a oxígeno.
¿Que son peligrosos? Cualquiera que sepa de química sabe que un tanque de gasolina es, con mucho, más peligroso que un cilindro de gas, por el poder explosivo de la gasolina. El problema está en la pobre instalación de sistemas a gas baratos. Claro, el dueño de aquel vehículo con modificaciones que produjere daños a terceros ya está civil y penalmente sindicado por producir esos daños, así que no hay nada nuevo bajo el sol.
¿Que se consumen el gas para cocinar? He ahí el problema. Que es un problema político, claro está.
No sé si ustedes sabían esto, pero instalarle un cilindro de gas industrial a su vehículo, y utilizarlo para movilizarse, es perfectamente legal.
Lo que sí deben saber es que el gas de los cilindros amarillos, famosos por su pátina de óxido y sus constantes fugas, es subsidiado por el Gobierno para consumo exclusivo en el hogar. Cualquier otro uso (fábricas, restaurantes, vehículos) está prohibido. Claro, como la gente de todas maneras utiliza ese gas en restaurantes, fábricas y vehículos, la Policía se lleva presas a estas personas.
Los genios políticos del Gobierno nos quieren hacer creer que la solución es poner leyes más estrictas y más controles policiales para evitar este asunto. Más palo. Más sufrimiento. Más prohibiciones.
Estúpidos. La solución es brutalmente simple.
¡Quiten el subsidio!
Y suban unos cinco o seis dólares el salario mínimo vital, que es justamente lo que gastan por familia. De paso se ahorran unas cuantas leyes y los policías quedan en libertad de atrapar más delincuentes de verdad.
Los que están en el Gobierno no se han dado cuenta que el famoso problema del "robo del subsidio del gas" es un problema que ellos mismos han creado, y están, desde hace años, tratando de "curar" el problema.
Nada nuevo bajo el sol. Esto es un caso más del conocido "Soy el Gobierno, te rompo las piernas, te jodo la vida, y como soy buena gente te voy a regalar unas muletas para que medio medio puedas caminar... ¡ah, y no te olvides de votar por mí en las siguientes elecciones!".
Quitar el subsidio al gas es la verdadera solución (que, más que solución, es regresar a un estado social de menor intervencionismo, y reducir el entrometimiento del Estado Papá Pitufo que siempre nos ha aquejado). Tanto es así que los taxistas han dicho públicamente que aunque quitasen el subsidio, ellos seguirían prefiriendo comprar gas. Porque es más barato. Porque es mejor para sus vehículos. Por tantas razones.
Pero, claro, nadie en el Gobierno quitará el subsidio. Porque, en este País de mierda, el subsidio al gas tumba Gobiernos.