¿Tuviste alguna vez que lidiar con reglas o normas que te parecieron estúpidas?
Cuando fuiste chiquito, tus papás probablemente te forzaron a obedecer algunas reglas que -- en retrospectiva -- resultaron ser absurdas. Más tarde, cuando fuiste a misa, con seguridad encontraste aún más reglas absurdas. Aun cuando adulto, te encontrarás con un sinnúmero de reglas y leyes absurdas, en tu entorno y tus interacciones con el Gobierno.
Ejemplo típico: no tener sexo antes del matrimonio. No se necesita más de medio cerebro para darse cuenta de que semejante estupidez no funciona. De hecho, es peor que no obedecer ninguna regla: hoy, en los EE.UU., los adolescentes gays tienen sexo vaginal, mientras que los adolescentes heterosexuales tienen sexo anal.
Bueno pues, he aquí el secretito: las reglas absurdas sí tienen un propósito, pero no es el que parece. Voy a explicar el tema con una metáfora histórica:
En los campos de concentración Nazis, por el año 1942, los guardias tenían un ritual especial reservado para los presos: mover baldes llenos de rocas de un extremo al otro del campo de concentración, todo el día. Si a algún preso se le ocurría preguntar para qué rayos servía hacer eso, los guardias inmediatamente lo detenían, lo obligaban a sacar las rocas de los baldes, a poner mierda calientita en ellos, le sacaban la triputa a golpes al pobre hombre, y lo obligaban a continuar con el absurdo ritual.
¿Captas por dónde va la idea?
Las reglas absurdas evidentemente no existen "por tu bien". Si así fuese, inmediatamente te darías cuenta y estarías de acuerdo con ellas. ¿Entonces, para qué sirven? Facil, la idea tras una regla absurda es generar en tí un estado de indefensión inducida y confusión, de tal manera que suspendas tu raciocinio y obedezcas órdenes sin chistar.
En corto:: el propósito de una regla absurda es cagarte la cabeza para que dejes de pensar y no cuestiones a tu dueño.
"¡Patriotismo! !Rézale a Dios! !Paga tus impuestos! !Mata al enemigo! ¡No cuestiones a tus líderes! ¡Ponte de pie con el Himno Nacional! ¡Vota!"... todos estos mantras vienen cuando ya te han quebrado el espinazo,
porque si tuvieras algo de pensamiento crítico, no obedecerías semejantes estupideces. ¿Esa molestia interna que sientes cuando te obligan a hacer algo absurdo? Ese es tu intelecto suspendido, rebelándose silenciosamente contra el abuso que te han infligido.
¿Y esos fenómenos absurdos como el de los muchachos heterosexuales que practican sexo anal? Bueno, pues, eso es meramente la locura que transpira públicamente, producida por nuestra versión contemporánea de El balde de mierda Nazi.
La idea tras este artículo es que pienses.
Tal vez no puedas zafarte de todas las reglas estúpidas y absurdas, pero al menos de ahora en adelante serás capaz de ver cuáles son las intenciones de quienes las ordenan. Y en virtud de entender estas intenciones, ya serás un poquito más libre.