La nobleza vestida de taxista
A continuación, una historia sin editar de la vida real. Saquen sus conclusiones.
Cada día que paso, me convenzo más de que (a) hay que tener a la mujer de uno contenta para que no pase lo que les voy a contar, y (b) nunca jamás permitir que tome un taxi si hay cómo llevarla, para disminuir el riesgo. Veamos:
Tomo un taxi, para regresar contento de una andanza, desde la Católica a la USM. Para el tipo, y sin perder un segundo le digo:
-Amigo, cuánto para el cuatro y medio?
-Dos cuesta, pana- responde el taxista
-Noooooo pues, tas loco! Uno y medio te doy
-Ya suba suba, lo llevo
Avanzando por la Carlos Julio, le hago la pregunta que nunca falla para iniciar una buena conversación (con un taxista):
-Oiga amigo, es cierto que... en este negocio se sacan buenas mujeres?
-Claaaaaro, ahorita nomás vengo de comerme una que le tenía hambre. Una burrota la desgraciada, toda ricota así con unas patootas- y me la dibuja con las manos, soltando el volante por tres segundos.
-No me diga- le comento -en serio? Aver, cómo es la cosa?
-Ya pues que le tenía hambre hace rato, y al fin me la comí. Vengo nomás de ahí- dice, con una sonrisa de oreja a oreja el canalla
-En serio? Hable sherio!
-Síii, me llamó en la mañana y me pidió que le haga el favor de llevarle los bebes a la escuela, y ya pues después me fui a conversar con ella y me la llevé al motel. Recién a las dos de la tarde salí - le di una [censurado]iza!!!
-Qué bien, no hay como eso para alegrarlo a uno!- lo cual es cierto.
-Si, pero el dato es que está casada con mi mejor amigo- si pudiera dibujarles mi cara, se notaría la sorpresa fingida que transpira lo mal que me siento por el pobre tipo.
-No le creo! Y cómo le hace entonces?- le pregunto
-Sí pues aunque no lo crea; es que mi pana está en cama grave y ya tiene tiempo así, entonces a la man ya le picaba pues, y usté sabe que una hembra no aguanta paro y no hay cómo quedar mal...- su "nobleza" me sorprende, y continúa -y como no le puede hacer el favor, ya pues le hice el favor. Es que si supiera mi pana era gordote y- levantando el dedo meñique -así está ahora.
-Ah ya- llegaba a mi destino y le entrego su justa paga -Tenga, gracias.
Recapitulemos: el sagaz taxista le está haciendo el favor a la mujer del mejor amigo, y encima el mejor amigo está en cama, de muerte. Horror!