Charlatanería en el periódico: radiación y biomagnetismo

publicado 16/04/2008, Última modificación 08/12/2021

Yo no le regalo mi dinero al periódico. Hoy les voy a explicar por qué, a través de un artículo de primera plana en el Universo.

A pesar de que estamos en el pináculo del avance tecnológico y humano, y que vivimos con más comfort y salud que nunca jamás en la historia, siempre aparecen cuatro pelagatos charlatanes que pretenden vender sus terroríficas "teorías" mágicas y falsas a la gente ignorante y, acto seguido, sonsacarles dinero.

El modus operandi de estas lacras es el siguiente:

  1. Se inventan una "hipótesis" del mundo con más huecos que un cernidor. Invariablemente, la hipótesis:
    1. tiene un "cuco" que mete miedo a la gente,
    2. hace alusiones a algo que "la ciencia no ha descubierto todavía",
    3. usa terminología científica para granjearse credibilidad,
    4. acusa a "la ciencia tradicional" de conspirar contra su "hipótesis".
  2. Popularizan su charlatanería con marketing.
  3. Venden alguna huevada (digámosle "talismán") que "contrarresta los efectos nefastos del cuco".
  4. ¡$$$$$!

Y el periódico (especialmente la sección Vida y Estilo) es el botadero perfecto para esta charlatanería. Para muestra, basta un botón:

Charlatanería en el Universo
Charlatanería de primera, en primera plana

Fíjense en el título y en el arte gráfico: un tipo está siendo atacado por un iPod. Con esa ridiculez abrimos un artículo que trata el tema de las radiaciones no ionizantes emitidas por los equipos electrónicos... ¡y el iPod no emite ninguna radiación!

¿Ha notado lo que pasa cuando pone el celular encendido cerca del televisor o del monitor de la computadora? De inmediato se produce una interferencia. Eso ocurre cuando una persona tiene el teléfono celular encendido en el oído, que es una zona próxima al cerebro.

No, esa mentira descarada no ocurre. La televisión es un aparato electrónico que sintoniza ondas radiales similares a las del celular, a través de un oscilador que resuena (como una campana) a la frecuencia radial apropiada; el oscilador en la tele es excitado por la interferencia que producen las ondas radiales que emite el celular.

El cerebro es una máquina electroquímica. No tiene un oscilador.

De esa manera Jorge Mena, experto en biomagnetismo medicinal, ilustra los efectos que produce la radiación electromagnética en las personas.

Uuuuu... qué interesante, el artículo parece ser un infomercial para un charlatán. Qué pena que este individuo use una analogía absurda porque no tiene la más remota idea de cómo funcionan en realidad un cerebro y una televisión.

Según Mena, el cuerpo humano se encuentra compuesto por cargas electromagnéticas o iones; el 20% son positivas y el 80% negativas.

¡Qué novedoso! Yo pensaba que el cuerpo humano estaba compuesto de células, que a su vez están compuestas de moléculas, que están hechas de átomos, que a su vez están compuestos de electrones, protones y neutrones, que de cuando en cuando se ionizan 50%/50%.

Supongo que la química de escuela primaria, conceptualizada por Niels Bohr y organizada por Mendeleyev, es una mentira en directa contradicción con las ideas de Mena. Tal vez somos seres de plasma o alguna estupidez similar.

O tal vez, tal vez, este charlatán está equivocado y todos los avances de los últimos cien años están cimentados por la genialidad de Bohr y Mendeleyev.

Pero, ¡quién sabe! ¿no? Tal vez el Sr. Mena sea un genio. Al menos un genio de marketing, porque sabe cómo vender su "producto" a la gente ignorante. El periódico es el lugar perfecto para estafar al crédulo porque la gente deposita una cantidad inordinada de confianza en él. Si yo trabajara como periodista en el Universo, me iría de trompadas con el que, al redactar un artículo así, desacredita a mi institución.

En todo caso, le doy el beneficio de la duda. Tal vez en cinco años lo vea al Sr. Mena recogiendo su Nóbel de física.

¡Jajajaajaja! Lo siento, ni yo mismo me lo creo.

El término negativo no significa que sean malos. Estudios demuestran que los iones negativos son importantes y beneficiosos para nuestra salud. "Para comprenderlo solo recordemos cuánto pueden cambiar nuestros estados de ánimo cuando vamos al campo o a la playa. En estos lugares donde hay mucha naturaleza se concentran iones negativos", explica.

Se me cae la cara de vergüenza de sólo pensar que alguien hable de iones negativos sin tener idea de química y física. Explico rápidamente: una molécula puede perder momentáneamente un electrón y cedérselo a otra molécula. En este caso, la primera molécula se convierte temporalmente en un ión positivo, y la otra en un ión negativo.

Este principio es fundamental para, incluso, el latido del corazón, pero para decir que una región tiene una carga de iones negativos, tendríamos que asumir la ridiculez de que los electrones se mueven en gajo decenas de kilómetros a la vez... lo cual sabemos que es imposible.

Y esto es química elemental, que podemos practicar revolviendo una cucharadita de sal en un vaso de agua y echándole un poco de corriente eléctrica: presto, el agua y la sal están ionizadas. Pero la suma de las cargas eléctricas en el vaso es completamente neutra. Sino, cada vez que hiciéramos eso, habría -- literalmente -- un rayo entre el vaso y la superficie en la que está depositada.

En cambio, los aparatos electrónicos que rodean a las personas generan iones positivos y según las investigaciones de Mena pueden producir daños alrededor de las células, "allí se forma un campo electromagnético que impide que entren los nutrientes y salgan las toxinas del cuerpo".

¿Qué es esta estupidez? Los aparatos eléctricos generan campos magnéticos, sí, pero son mínimos comparados con el de la Tierra (esto lo pueden comprobar con una brújula), y está más que recontra-comprobado que no tienen ningún efecto en la salud, porque el magnetismo es una fuerza no ionizante, y porque -- obviamente -- de ser cierto eso, ya deberíamos estar muertos porque la Tierra genera mucho más magnetismo.

¿Cómo creen que trabaja una máquina de resonancia magnética? Sometiéndote a diez millones de veces el magnetismo de la Tierra, lo que debería convertirte en un millon de estr... digo, iones, de acuerdo al gggggggrraaaaaaaan Jorge Mena.

Puta, esta huevada es como para refutarla con un link a Wikipedia, pero me tomo el trabajo porque está divertido aniquilar semejante ignorancia, así sea que lo lean 3000 personas nomás.

Gustavo Fernández, médico de la clínica Hermano Miguel de Cuenca y especialista en biomagnetismo, coincide con Mena en que los síntomas pueden ser variados, dependiendo del organismo. Se puede registrar un aumento del nivel de estrés, disminución de la capacidad de trabajo y de concentración, migrañas, ansiedad, sensación de fatiga, transtornos del sueño, irritabilidad, disminución de la memoria, entre otras.

Gustavo Fernández también cree que el cáncer se puede curar con cachorritos y rayitos de sol.

OK, dejen de reírse. ¿Comprenden lo que hice ahí? Usé el sarcasmo porque obviamente nadie se cura del cáncer con cachorritos y rayitos de sol... y nadie se enferma de estŕes por el magnetismo.

¿Se dan cuenta cómo, convenientemente, los efectos de trabajar demasiado son atribuidos a los aparatos electrónicos? Casi que lo puedo leer en el artículo: Vengan a mi consulta, los trataré con imanes y, voilà, estarán curados de todos los achaques del trabajo..

Para Claudio Cortez, representante de la línea de productos antirradiación Energy care, los lugares donde se centra mayor contaminación electromagnética, denominados de alta frecuencia, son aquellos donde hay antenas de radio, teléfono y televisión, cables y cajetines de alta tensión, salas de rayos X y gamma, estaciones de servicio y plantas eléctricas, a estos se suman los computadores y microondas.

A ver, Claudio:

  1. La corriente que va por los cables y cajetines, es de baja frecuencia. Son sesenta hercios, y es claramente audible como un sonido grave cuando te acercas a ellos.
  2. Las antenas de radio, teléfono y televisión emiten radiación no ionizante. Eso, en científico, significa que las ondas son tan grandes -- la frecuencia es tan baja -- que no afectan a tus células. Esto que estoy diciendo no es un descubrimiento muy reciente que digamos. Lo mismo va para los computadores.
  3. La cubierta externa de los microondas es una "caja de Faraday". Las cajas de Faraday contienen la radiación. Pon un tenedor en el micro y enciéndelo -- dime qué pasa. Ahora ponlo encima del micro y enciéndelo... ¿te parece que se está escapando radiación? Nota: si tu tenedor chisporrotea fuera del micro, llévalo al Sony Center más cercano y, después, anda a Solca.
  4. Las salas de radiación Röntgen están protegidas muy bien contra la radiación. Por eso, los radiólogos contemporáneos no se mueren como se murió Marie Curie. ¿O crees tú que los radiólogos son suicidas de profesión? Dicho sea de paso, recibes más radiación cuando vuelas en un avión que cuando estás cerca de dichas salas, porque estás más cerca del Sol. Y el Sol, como todos con educación escolar saben, es el mayor responsable de la radiación en tu vida cotidiana.

Pero, en caso de que no estén convencidos, estoy vendiendo unos trajes hechos de papel aluminio. Son a $30 cada uno, y están a la moda Daft Punk. Interesados, contactarme. Eso sí, no tengo camisas de plomo -- se me acabó el inventario ayer; puta, que se están vendiendo como pan caliente.

En el lado de los campos de baja frecuencia están los electrodomésticos y las instalaciones eléctricas de la casa. "El nivel de afectación depende del organismo y del tiempo de exposición", aclara Cortez.

Ya lo veo venir: bajen los breakers y regresen a la edad de piedra. No creo este eslogan le convenga a la Empresa Eléctrica. O a la gente que disfruta de la tele, el baño con agua caliente, la comida hecha en casa, la Internet, la medicina; ustedes saben, esas insignificancias.

No, ¡en serio! El consenso de los científicos y médicos serios es que los campos magnéticos no afectan a las personas. Pero, bueno, siempre hay una voz sensata (aunque, extrañamente, sólo se le ha dedicado un párrafo en esta chatarra lifestyle):

El cardiólogo Roberto Lecaro añade que las radiaciones de baja frecuencia no afectan al corazón ni el funcionamiento de los marcapasos.

¿Quién es este alquimista Lecaro del que hablan? Oh, cierto, un médico serio y no estafador.

Ante esto los médicos consultados sugieren utilizar el teléfono celular solo en casos necesarios, y no dormir con el aparato cerca del cuerpo.

Así lo corroboran nuestros monstruosos cuerpos llenos de tumores... ¡ooops!

Ya, hablando en serio -- los estudios en materia de radiaciones no ionizantes producidas por los celulares se contradicen entre sí. Mientras tanto, creo que es sensato abrir los ojos y ver que nadie está deforme por el uso continuo del celular -- o las antenas de celulares, que emiten ondas idénticas pero de mucha mayor intensidad que los teléfonos.

Además, estar en constante contacto con la naturaleza, caminar descalzos en tierra, césped, arena o pasto, para liberar descargas.

Consejo sensato, si quieren adquirir parásitos, picadas de mosquitos, hormigas, escorpiones, enfermedad de Lyme, cortadas y subsecuentes tétanos. Chucha, los zapatos se inventaron hace seis mil años o más... semejante consejo no lo daría ni el ermitaño más imbécil.

¿Y "para liberar descargas"? ¿De qué rayos "descargas" habla el artículo? ¿Descargas eléctricas? La humedad en Guayaquil es lo suficientemente alta como para que esto no sea un problema, y los rayitos que se producen de cuando en cuando en Quito son inocuos -- aparte del molesto shock.

Consumir frutas y verduras ricas en vitamina C, E y A, por ser antioxidantes, beber agua, y tener plantas como los cactus (que sobreviven a la exposición solar en los desiertos) en la casa y la oficina también ayudan.

Igualmente sirve colocar una pileta o fuente de agua en lugares donde hay descargas fuertes de radiación y evitar pasar mucho tiempo cerca de líneas de alta tensión, emisoras de radio y vías electrificadas.

Niños, coman sano, el Capitán Obvio ha hablado.

¿Cactus? ¿Los cactus neutralizan la radiación? Quien descubrió eso seguramente va derechito al podio del Nóbel. Me pregunto por qué la sección de radiología en la Clínica Kennedy todavía no está atestada de cactus en consonancia con esto fantástico descubrimiento. ¡Fantástico descubrimiento, sí señor... porque es una fantasía!

Por mi parte, yo trato en lo posible de no subirme a los postes de luz. ¿Ustedes también? ¡Jajajajaa! Ya, hablando serio: acérquense con una brújula al poste de luz más cercano. ¿Se mueve la aguja? No, ¿no cierto? Entonces a dejarse de huevadas.

Eso sí, es sensato no subirse a los postes de luz. Coge la corriente.

Los aparatos eléctricos deben estar desconectados mientras no se usen, dicen los especialistas que recomiendan acudir a sesiones de biomagnetismo (www.no-les-doy-el-gusto-a-estos-carevergas-de-poner-su-direccion.com)

¿Lo ven? ¡Sabía -- se los dije! Tarde o temprano aparece la venta directa: use nuestros talismanes, hágase una limpia. Y eso no es todo; en un recuadro de "productos" aparece una serie de consejos: compre esto, compre lo de más allá.

Lo más ridículo es que, en este caso concreto, esas sesiones son de tratamiento con imanes... ¡precisamente la misma mierda que supuestamente te hace daño!

En lugar de ponerles la dirección a estos charlatanes, los voy a enviar a otra dirección, más relevante al tema del biomagnetismo. Es de Wikipedia. Pero, para que no quepa duda, voy a adelantarles algo del artículo: el biomagnetismo es una pseudociencia (dicho en cristiano: una farsa).

Bueno. Es hora del resumen del artículo:

  • Los aparatos eléctricos serán nuestra ruina.
  • El biomagnetismo es una ciencia real.
  • Venga, le curamos con imanes.

Es transparente la farsa. Me arrecha mil y una veces ver artículos en el periódico que pretenden explicar cómo funciona el mundo con ideas mágicas. Hoy sabemos de qué esta hecho el mundo -- la ignorancia no es excusa para creer en magias y cucos modernos.

Y la insolencia de la ignorancia palidece en comparación con la procacidad de los mercaderes de cachivaches inútiles. Estos mercaderes:

  • le mienten al crédulo incauto,
  • la manipulan para que tenga temor,
  • le meten falsas esperanzas a la gente,
  • desacreditan a los verdaderos profesionales de las ciencias,
  • al hacerse pasar por "científicos", destruyen la confianza de la gente en la ciencia, y
  • lucran asquerosamente de sus mentiras.

Esto se tiene que acabar. Aquí pongo mi granito de arena. Espero que, si has leído esto, lo comentes y lo compartas. Y que también critiques públicamente a otros charlatanes -- porque todo lo que es necesario para que ganen los malos es que los buenos se queden impávidos.